No fue tan malo después de todo...
Mi primer día sin gas en la casa fue menos terrible de lo que imaginé. El momento de entrar a la ducha si que es pesado, principalmente la primera gota helada que recorre la espalda al momento de entrar al chorro de agua....
Después de ese primer momento traumático, la ducha se disfruta... nunca creí que bañarse con agua helada fuera algo que pudiera disfrutar, especialmente a las 8:00 am.
Después venía la desilución de tener que desayunar alguna comida chatarra en Burger King o ya en el peor de los casos en el Seven Eleven... Sin embargo, descubrí la cafetera bien guardada en la alacena ¡Dios bendiga al señor Black and Decker! solo bastó con enchufar el aparato, sacar un poco de café de grano que tenía en uno de los anaqueles y ¡voilá! café caliente!!!
Café caliente y un sandwich de jamón con queso manchego, así como una cajita de choco zucaritas y a correr!!!
El trayecto a la redacción estuvo tranquilo, y hasta este momento, estoy esperando para entrar a mi junta editorial diaria, sin una sola de las incomodidades que tanto me preocupaban ayer...
Es cierto que el hombre es animal de costumbres, creo que por eso en algún momento de la vida le perdemos el encanto a lo que somos y lo que hacemos, ya que estamos acostumbrados a vivir haciendo lo mismo y de la misma manera.
De hoy en adelante, trataré de romper mis propios paradigmas y veamos a donde nos lleva la vida.
Saludos!!!
jueves, octubre 26, 2006
Publicadas por
Elmer Homero
a la/s
9:55 a.m.


