La ciudad, como decía antes, se pierde y se sigue perdiendo...
El pasado 2 de enero la Universidad Nacional Autónoma de México ganó el juicio a los dueños de la cantina El Nivel, para apoderarse del edificio donde esta se encuentra ubicada, y que en su momento fue la sede de la Universidad Real y Pontificia, antecedente de la UNAM.
El caso suena bien no? cerrar un antro de vicio para devolverle su sede original a la universidad más antigua de latinoamérica.
Aquí comienza un problema de antiguedades.... Bien sabido es que la UNAM ha recuperado entre otros edificios aquellos donde nació como colegios o escuelas. Así esta el Colegio de San Ildefonso, La antigua preparatoria en la calle de Cuba, etc, etc. y que transforma estos edificios en centros culturales, museos, cineclubes y demás...
El problema es precisamente la antiguedad de El Nivel, para ponerlos en contexto, cuando apareció, México aún poseía California, Nuevo México, Arizona y Texas...
Y es que a decir de los historiadores, El Nivel recibió licencia como vinatería en 1845, siete años después, en 1852 se transformó en cantina, y se convirtió en referente para los capitalinos durante 156 años.
Ostenta entre otros tantos trofeos, la licencia número 1 expedida a un establecimiento de este tipo, entre sus parroquianos más célebres se encuentran los presidentes Antonio López de Santa Anna, Benito Juárez, Porfirio Díaz, Miguel Alemán, y todos los presidentes desde 1950 a la fecha a excepción de Vicente Fox.
Poetas, Escritores, Secretarios de Estado, Locutores, Presentadores de televisión como Jacobo Zabludowsky o Ricardo Rocha disfrutaron de las bebidas espirituosas que se vendían en el local.
Llamada El Nivel, porque en el edificio Enrico Martínez, hidrólogo de la corona colocó en 1667 el primer nivel de la Ciudad de México este centro de convivencia y conbebencia se hacía famoso por otra cualidad: El Nivelungo, trago creado para curar cualquier resaca.
El Nivel tenía un amparo otorgado por un juez a su dueño en contra del desalojo por parte de la UNAM, desafortunadamente para los parroquianos citadinos este ilustre y sencillo señor de nombre Jesús Aguirre falleció en junio 2006, y con ello el efecto del amparo feneció.
Su hijo, Rubén Aguirre intentó interponer un nuevo amparo, que el 2 de enero de este año se resolvió en su contra y El Nivel cerró para siempre.
Rubén Aguirre asegura que se llevará El Nivel a otro sitio de la ciudad, y que espera que los parroquianos lo sigan, pero todos sabemos, que la esencia, las charlas, poemas, leyes, planes, los chistes, las resacas y los pleitos de 156 años, quedaron encapsulados en esas paredes.
Adios a El Nivel y sus 156 años de historia citadina
El Rey ha muerto, Viva el Rey!
Saludos y Hasta la Próxima



