Hoy no traje de comer y salí a buscar con que llenar el estómago aca afuera de la oficina.
Me comí unas gorditas de chicharrón con salsa verde y cremita de rancho, así con su quesito y lechuguita...
Eso me hizo recordar mis años en el CCH, y en toda la comida chatarra que uno es capaz de sambutirse en aras del convivio amigueril...
El sabor de la salsa verde de estas gorditas me hizo recordar las gorditas de "doña pelos" (por qué siempre hay una doña pelos???) en el CCH, unas gorditas a las cuales mi gran amigo Carlos Soria, alias "El Soria" solía decir: "señora una de chicharrón con mucha cebolla, mucha salsa, mucha masa y poquito chicharrón", jajaja ya se imaginarán como venían las gorditas...
Había también una señora que vendía pepinos con chile... esta mujer cortaba el pepino a la mitad con la clásica forma de "picos" y les ponía un palo de madera por la parte plana, a esta especie de paleta de pepino la sumergía en jugo de limón, después las "empanizaba" en una bandeja de chile piquín... manjar de dioses...
Mención aparte merece "El Mandril", de acuerdo a la leyenda urbana, el mandril fue estudiante del CCH, pero ante su imposibilidad para egresar y después de haber hecho postgrado como fósil, se dedicó a la venta de tortas... Lo que hacía peculiar al negocio del mandril era que uno podía usar esa práctica en desuso que es el trueque, es decir, con un relojito Casio podía uno asegurarse tortas para 10 pelaos, refresco y todos contentos... Uno podía recobrar el bien en cuestión cancelando la deuda en moneda fraccionaria, así que el mandril tenía clientela superior al resto de los puestecitos garnacheros...
La especialidad del mandril eran las tortas cubanas, que llevaban siempre ingredientes diferentes así que uno nunca sabía lo que se estaba comiendo...
Las gorditas de hoy me transportaron a esa época de excesos en calorías, carbohidratos y lulús rojas...
¿Y tu donde comías cuando ibas en la escuela?
Saludos y Hasta la próxima!



